La electrificación llega hasta donde parecía imposible: Lunaz presenta sus Rolls Royce Phantom y Silver Cloud clásicos transformados para moverse “a pilas”.
Rolls-Royce se ve obligada a claudicar y ya trabaja en un automóvil eléctrico
La firma británica se ve en la necesidad de fabricar un Rolls-Royce eléctrico que compense las emisiones de marca
La normativa europea que establece el marco legal en materia de expulsión de gases tóxicos y de efecto invernadero de los vehículos nuevos vendidos a partir del 1 de enero de 2021 está provocando estragos en los fabricantes. Desde los más generalistas a, sobre todo, los más elitistas, donde el uso de empoderadas mecánicas de combustión aún se aferran a una estrecha relación entre altas prestaciones y elevados consumos y, por ende, producciones ingentes de dióxido de carbono, hace que constructores abanderados de los motores tradicionales se vean en la necesidad de, aunque sea, fabricar y ofrecer un vehículo eléctrico, aún ni siquiera existiendo demanda para el mismo como es el caso del futuro Rolls-Royce eléctrico.
Ya es una realidad e, incluso, portavoces oficiales de la firma británica integrada en el consorcio alemán del Grupo BMW lo han confirmado. En declaraciones a Automotive News, desde fuentes internas se afirma que el desarrollo, construcción y venta de un Rolls-Royce eléctrico ya ha sido aprobado.
Sin que se hayan aportado más datos, parece que la hoja de ruta de Rolls-Royce pasa por crear una línea de productos eléctricos en paralelo a los actuales, de tal manera que, no solo quedaran distinguidos los modelos con motores de gasolina sino que, a tenor de las suposiciones, el Rolls-Royce eléctrico, junto con los hipotéticos siguientes modelos que prescindieran de los combustibles fósiles para su motricidad, quedarían diferenciados para un nuevo público o, al menos, una clientela que busca una nueva solución a la movilidad de lujo dentro del marco de la sostenibilidad y la eficiencia energética como pueden ser las zonas de bajas emisiones de grandes metrópolis como Londres o París donde es habitual ver vehículos con el Espíritu del Éxtasis abriéndose paso entre el tráfico ordinario.
Todo o nada
Y entendemos que Rolls-Royce ofrecerá vehículos con motores térmicos y otros con propulsores eléctricos pero no que recurrirá a la que sería la manera más sencilla de reducir los consumos y, por ello, las emisiones contaminantes como sería la adopción de un esquema como coche híbrido.
A pesar de que el constructor de los coches de lujo más opulentos del mundo podría recurrir a la tecnología híbrida ya presente en los modelos de marcas como la matriz, es posible que el Rolls-Royce eléctrico parta de una plataforma independiente y ajena, de tal manera que sea por y para la firma de la doble R.
Finalmente, parece que Rolls-Royce desistirá en su empeño de ser una de las últimas marcas en mantenerse en el tren de la automoción animada en exclusiva por carburantes fósiles y ajena a la eléctrica que, a pesar de que rechazara la idea de fabricar coches eléctricos, incluso habiendo presentado el flamante prototipo Vision Next 100 de 2016, un deportivo que, además de ser el primer Rolls-Royce eléctrico, aunque fuese como concept car, ofrecía plena conducción autónoma, y que ilustra este artículo.
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