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¿Sabes que es District Heating? El vapor de las calles de Nueva York te dará una pista
¿Sabes a cuándo se remontan los sistemas de calefacción urbana, cómo funciona este sistema que cada vez hay más ciudades que lo están implementando?
Seguro que te habrás preguntado alguna vez de dónde sale ese vaho de las alcantarillas de Nueva York y cuál es su funcionalidad. Se trata de un sistema de suministro de agua caliente y calefacción urbana cuya energía procede de una central que lo suministra y abastece a toda la ciudad. La calefacción urbana, o District Heating, se puede implementar en una ciudad entera, pero también en barrios concretos o incluso en grupo de edificios. Por su naturaleza, especialmente en países como Islandia que aprovechan la geotermia de su suelo volcánico, se trata de un sistema de calefacción eficiente y sostenible y económicamente viable que se está popularizando cada vez más.
Los orígenes de la calefacción urbana
El concepto de calefacción urbana no es ni de este siglo ni del anterior. Sus verdaderos orígenes se remontan a la época romana, donde se construyeron los primeros baños públicos con un sistema rudimentario de calefacción que utilizaba agua y aire caliente calentados en «salas de calderas» externas. A lo largo de la historia, este sistema evolucionó y se expandió, llegando a ser un precursor de las tecnologías modernas utilizadas en calefacción urbana y redes de calefacción.
La primera red de calefacción urbana que sigue en funcionamiento se estableció en 1332 en Valois, Francia, utilizando tubos de madera y energía geotérmica basada en aguas termales locales. En 1818, en la región italiana de Volterra, se volvió a utilizar este mismo principio de la energía geotérmica aprovechando no sólo el calor almacenado en el subsuelo, sino incluso los vapores volcánicos con la finalidad de producir la energía que requerían las bombas de agua. Más ingenioso y más eficiente, imposible. A lo largo del tiempo, estos sistemas se han ido perfeccionando y adaptando a las necesidades de las comunidades. Desconocida para muchos, las humeantes calles de Nueva York han despertado en muchas ocasiones en el interés en saber de dónde procede y cuál es la función los vapores que desprenden sus calles. Y es que, Nueva York es realidad el primer sistema de District Heating moderno exitosamente introducido a partir de 1877, desarrollado por el ingeniero estadounidense Birdsill Holly. El primer sistema de calefacción urbana geotérmica se desarrolló en 1930, en Reykjavik.
Un sistema de calefacción urbana o District Heating consta de tres componentes clave:
Central Térmica. Aquí es donde se genera el calor. Puede funcionar con diversas fuentes de energía, como biomasa, gas, o incluso tecnologías más modernas como bombas de calor. La central térmica se encuentra en un edificio dedicado exclusivamente a su funcionamiento y está equipada con todo lo necesario para la generación de calor.
Red de Distribución. Una vez que se genera el calor, se transporta a los edificios a través de una red de tuberías aisladas térmicamente enterradas en el suelo. Estas tuberías minimizan las pérdidas térmicas y ofrecen ventajas en términos de montaje y mantenimiento.
Subestaciones de transmisión térmica. Cada edificio se conecta a la red de distribución a través de subestaciones de transmisión térmica. Estas subestaciones permiten el intercambio de calor sin la necesidad de transportar el fluido térmico, garantizando que todos los edificios reciban un suministro constante y eficiente. Además, permiten la integración de otras fuentes de calor, como la energía solar térmica.
Sus principales ventajas
- Eficiencia Energética. Los sistemas de calefacción urbana son altamente eficientes en comparación con las calefacciones individuales en edificios. Esto se debe a la optimización en la producción de calor y la reducción de pérdidas de calor en la distribución.
- Costes. Los usuarios pueden beneficiarse de costos más bajos en comparación con sistemas de calefacción individual, ya que los District Heating pueden aprovechar fuentes de energía más económicas y eficientes.
- Menor mantenimiento. Al eliminar la necesidad de mantener calderas individuales en cada edificio, los sistemas de calefacción urbana reducen la carga de mantenimiento para los propietarios y gestores de edificios.
- Mayor fiabilidad. Los District Heating suelen ser más fiables, ya que están respaldados por sistemas de redundancia y planes de contingencia para garantizar un suministro constante de calor.
- Reducción de emisiones. Al permitir la integración de fuentes de energía renovable, como la biomasa o la energía geotérmica, los sistemas District Heating contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y al logro de objetivos medioambientales.
- Menos ruido. Al mover las salas de calderas fuera de los edificios, se reduce el ruido y las molestias para los residentes.
- Acceso a fuentes de energía renovable. Pueden aprovechar fuentes de energía renovable locales, lo que ayuda a diversificar el suministro de energía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
- Beneficios económicos para empresas. Las empresas que implementan District Heating pueden acceder a ayudas públicas y subvenciones en programas de eficiencia energética y energías renovables, lo que puede mejorar su rentabilidad.
- Seguridad de suministro. Estos sistemas ofrecen una mayor seguridad de suministro en comparación con las calefacciones individuales, ya que son menos susceptibles a problemas técnicos o interrupciones.
- Responsabilidad social y mejora de imagen: Para las empresas, la adopción de District Heating puede mejorar su imagen corporativa y demostrar un compromiso con la responsabilidad social y la sostenibilidad.
Ejemplos de District Heating en el Mundo y en España
A nivel global, District Heating es una tecnología madura con casi un siglo de antigüedad. Países europeos como Suecia, Dinamarca, Alemania y Francia han liderado la adopción de estas redes de calefacción urbana. Estos sistemas han demostrado ser altamente eficientes y sostenibles, contribuyendo a la reducción de la huella de carbono y al aprovechamiento de fuentes de energía locales.
En Europa hay 5000 sistemas de calefacción urbana que dan servicio 64 millones de usuarios. Un 25% de la energía empleada en estas redes procede de renovables que evitan las emisiones a la atmósfera de 150 millones de toneladas de CO2 al año.
En España, si bien las redes de calor no son tan populares como en algunos países europeos, se han realizado avances significativos en su implementación. Ejemplos notables incluyen la Ciudad de la Justicia de Madrid, IFEMA en Madrid y el District Heating en Móstoles, el más grande de España, que se inauguró en 2017. A medida que se promueve la eficiencia energética y las energías renovables, es probable que veamos un mayor crecimiento de los sistemas de calefacción urbana en el país.
En comparación con otras naciones europeas, España aún tiene un camino por recorrer en la adopción de sistemas de calefacción urbana que incluyen la necesidad de modernizar la infraestructura existente, así como mejorar la transparencia en la facturación y garantizar la accesibilidad a sistemas de District Heating en todas las áreas urbanas. Sin embargo, existen oportunidades significativas para el crecimiento de estos sistemas en España. La abundancia de energía solar, la biomasa y la geotermia ofrece fuentes de calor renovables y sostenibles.
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