“Se acabó el tiempo de espera”: la ONU urge acción climática inmediata para evitar catástrofes
La ONU alerta que es “hora decisiva” para frenar la crisis climática. Pide acabar con los combustibles fósiles y acelerar energía renovable.
La ONU advirtió que el tiempo para frenar la crisis climática se agota y que una acción inmediata y masiva es necesaria para evitar un aumento catastrófico de 3.1 °C en la temperatura global. El nuevo reporte del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Unep) insta a los países a reducir un 42% de las emisiones para 2030 y un 57% para 2035, exigiendo valentía política para abandonar la dependencia de los combustibles fósiles. Sin estas medidas en la próxima cumbre climática COP29, el objetivo de 1.5 °C podría ser inalcanzable.
La urgencia de recortes en emisiones y la “hora decisiva” para el clima
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep) ha sido claro en su último reporte: reducir las emisiones es ya una emergencia global. Según el informe, los compromisos actuales de reducción de emisiones para 2030 son insuficientes, y aunque se cumplieran, el calentamiento alcanzaría entre 2.6 y 2.8 °C, un nivel desastroso para el planeta. Para mantener el aumento en 1.5 °C, las emisiones deben reducirse un 7.5% anual hasta 2035, lo que equivale a eliminar cada año el equivalente a las emisiones de toda la Unión Europea durante una década.
El informe de Unep enfatiza que los recursos tecnológicos y financieros necesarios ya existen, con fuentes probadas como la energía solar y eólica capaces de proporcionar el 27% de los recortes necesarios. Sin embargo, el problema radica en la falta de «coraje político», especialmente de los países del G20, responsables del 77% de las emisiones globales. Inger Andersen, jefa de Unep, subraya que este esfuerzo requiere un cambio sin precedentes hacia energías limpias, protección de bosques y electrificación de sectores industriales. «El tiempo de las promesas incumplidas ha terminado; se necesita acción inmediata,» afirmó Andersen.
Costos de la inacción y el papel crucial de los líderes mundiales
La falta de acción climática tiene un costo económico y humano inminente. Cada fracción de grado adicional en la temperatura global contribuye a fenómenos extremos, como huracanes intensificados, incendios forestales y olas de calor. Según el secretario general de la ONU, António Guterres, «estamos jugando con fuego», mientras las tormentas y el calor extremo devastan comunidades alrededor del mundo. Guterres también mencionó que una transición justa hacia energías limpias puede financiarse mediante impuestos a los combustibles fósiles, lo cual aliviaría el peso de la crisis en los países menos desarrollados.
El Unep estima que la inversión anual necesaria para reducir las emisiones netas a cero es de 1 a 2 billones de dólares, aproximadamente un 1% de la economía mundial, un coste que podría distribuirse equilibradamente si los países ricos apoyan financieramente a los países en desarrollo. En la próxima cumbre climática, la COP29, se espera que los líderes mundiales definan compromisos específicos y ambiciosos, especialmente en cuanto a financiamiento climático, reducción de emisiones y transición energética. Para Harjeet Singh, de la Iniciativa por un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, los países ricos deben asumir su “parte justa de responsabilidad” para lograr un futuro sostenible y evitar una crisis climática irreversible.
Renovables y protección de bosques: soluciones urgentes y accesibles
El reporte de Unep recalca que una rápida expansión de las energías renovables y la protección de los bosques serían dos de las medidas más efectivas y accesibles para reducir emisiones a corto plazo. La energía solar y eólica, tecnologías maduras y de bajo costo, podrían cubrir hasta el 27% de los recortes necesarios para 2030, evitando así mayores dependencias de combustibles fósiles. Inger Andersen destacó que apostar por renovables no es una decisión arriesgada, sino una inversión segura y económica en el contexto actual, ya que estos recursos no solo ayudan a reducir el impacto climático, sino que también generan empleo y mejoran la seguridad energética.
Asimismo, detener la deforestación, particularmente en zonas críticas como la Amazonía y los bosques de África central, podría reducir un 20% de las emisiones. Este enfoque es clave para preservar los “sumideros de carbono” naturales, que absorben grandes cantidades de dióxido de carbono, mitigando el calentamiento global. La conservación forestal también contribuye a proteger la biodiversidad y los recursos hídricos, beneficios esenciales para la salud de los ecosistemas y las comunidades que dependen de ellos.
Desafíos geopolíticos y el camino hacia la COP29
La crisis climática exige cooperación global en un momento de tensiones políticas. Andersen reconoció las dificultades geopolíticas actuales –incluyendo los conflictos en Ucrania y Medio Oriente y la rivalidad entre potencias–, pero enfatizó que la crisis ambiental es una prioridad en la que las naciones pueden encontrar terreno común. Como ejemplo, mencionó la reciente reunión del G20, donde países con posiciones políticas opuestas lograron establecer acuerdos sobre políticas ambientales.
Con la COP29 en puerta, la cumbre promete ser un punto decisivo para definir el compromiso de los líderes mundiales en la lucha contra el cambio climático. Se anticipa que las negociaciones se centrarán en financiamiento para países en desarrollo y en la creación de un marco internacional más fuerte para reducir emisiones. «La inacción ya no es una opción», advirtió Andersen, destacando que los esfuerzos hacia un futuro bajo en carbono no solo salvarán vidas, sino que abrirán caminos hacia un crecimiento económico sustentable.
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