Sony quiere que sus coches eléctricos sean espacios de entretenimiento

La compañía japonesa, conocida fundamentalmente por sus productos de electrónica de consumo, tiene ya decidido dar el salto y convertirse en un fabricante más de automóviles con sistema de propulsión eléctrico. Así lo reconocieron extraoficialmente desde la propia firma nipona durante el pasado CES de Las Vegas, donde fue presentado el Sony Vision S-02. Un prototipo del que podría ser su primer SUV eléctrico.

Sony quiere, no obstante, que sus vehículos sean diferentes a todo lo visto hasta ahora. El origen de la compañía y su trayectoria durante las últimas décadas como líder del sector de la electrónica y el entretenimiento tendrá una influencia importante en sus vehículos.

La compañía no quiere simplemente poner en el mercado «maquinas» que transporten personas desde un punto A a un punto B, sino que lo hagan permitiendo disfrutar de una experiencia única durante el trayecto. En definitiva, lo que Sony pretende es convertir sus vehículos en espacios de entretenimiento.

Sony busca el apoyo de otros socios tecnológicos

Para hacer realidad esta peculiar visión del automóvil, la firma nipona se habría puesto ya en contacto con algunos socios tecnológicos buscando su respaldo, según los últimos reportes. Una estrategia que se basaría en los planteamientos de Izumi Kawanishi, manager general a cargo de la división de mobilidad de Sony, para quien la inminente transformación del sector del automóvil que está por llegar va tener muchas similitudes con la que ya experimentó el telefóno móvil, hasta su conversión en los smartphones que todos utilizamos ya.

Kawanishi, que llegó a Sony en 1986 y estuvo entonces al mando del equipo de robótica que creo Aibo, no ha querido sin embargo confirmar cuando podría producirse el lanzamiento al mercado del primer vehículo eléctrico de la compañía. Todo ello a pesar de que el prototipo del Vision S-02 mostrado en el CES parece muy cercano a una posible versión de producción.

Por el momento, Kawanishi ha querido mostrarse muy prudente, afirmando que sería un error subestimar el gran reto que supone poner un vehículo eléctrico en el mercado, especialmente para una compañía que viene de fuera de esta industria.