¿Tienen sentido los SUV eléctricos?
Los SUV eléctricos están de moda, por lo que ya tenemos varios ejemplares en el mercado. Sin embargo, ¿de verdad tienen sentido?
Los SUV eléctricos están de moda, y es que en el último año hemos podido ver como se presentaban una gran variedad de todocaminos cuyo tren motriz es completamente eléctrico. Si quieres ver qué tal se comportan, no te pierdas nuestra prueba del Mercedes-Benz EQC o la de su principal rival, el Audi e-tron.
Estos modelos prometen todos los lujos y comodidades de un SUV, pero con la ventaja de no tener que gastar un solo euro en las gasolineras. Seas reacio o no a este tipo de coches, la imagen que intentar aparentar es que son el futuro de la automoción. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿Tienen sentido los SUV eléctricos?
Pues bien, vamos a analizar esta intrincada cuestión. La primera de las realidades al respecto es que los SUV cuentan con un formato de carrocería para nada eficiente, puesto que su mayor tamaño implica una peor aerodinámica. Este problema es importante, y es que es un hecho que se necesita más energía para mover un ladrillo que para hacer lo propio con una flecha.
Por lo tanto, los SUV exigen motores más potentes para poder moverse, lo que lleva de manera directa a que requieren unas baterías de mayor tamaño para alimentar estos propulsores. Esto es “la pescadilla que se muerde la cola”, puesto que estas mayores baterías pesan más, por lo que el consumo energético de un SUV eléctrico es mayor que el de cualquier turismo.
El Grupo Jaguar-Land Rover afirma que los SUV eléctricos no tienen sentido
Jaguar-Land Rover ha secundado esta teoría, y es que Nick Rogers, jefe de ingeniería del grupo británico afirmaba que “cuanto más grande es el vehículo, más grande es el desafío aerodinámico”. Por tanto, el directivo ha hecho sonar las alarmas, y es que asegura que como no se tenga cuidado con el diseño de los SUV, será necesario instalar baterías tan grandes y pesadas que harán que los SUV eléctricos sean inutilizables en autopistas.
El grupo inglés está inmerso en un plan en el que las previsiones pasan por electrificar su gama al completo, por lo que se incluirán híbridos y eléctricos. Por el momento, ya ha lanzado los Range Rover y Range Rover Sport PHEV, de la misma manera que está prevista una versión híbrida enchufable del nuevo Land Rover Defender. Sin embargo, es cierto que no hemos oído hablar de variantes eléctricas puras.
No pasa lo mismo con Jaguar, y es que la marca del felino lanzó en 2018 un nuevo eléctrico que se convirtió en una de las referencias del segmento: el Jaguar I-Pace. Sin embargo, tampoco se puede catalogar a este modelo como SUV, y es que camina a caballo entre el segmento de los todocaminos y de los compactos, por lo que tiene una silueta relativamente aerodinámica.
Sin embargo, uno de los grandes hándicaps del Jaguar I-Pace es su consumo energético en carreteras y autopistas. Por lo tanto, este primer eléctrico del grupo ha sido pionero para sacar la conclusión de que, si se quiere lanzar un Range Rover o un Land Rover eléctrico (más grandes que el Jaguar I-Pace), se debe recurrir a otro tipo de solución, la de pilas de combustible de hidrógeno.
Las marcas ven la solución en el hidrógeno
Parece que mirando más a futuro, el hidrógeno será el fin de los problemas. Según Rogers, el hidrógeno es “una solución fantástica”, puesto que ofrece unos tiempos de recarga mucho más cortos. Sin embargo, tiene un problema, y es que la extracción de hidrógeno sigue siendo un gran problema de emisiones. Por lo tanto, parece claro que este delicado proceso debe ir acompañado del uso de energías renovables.
El Grupo Jaguar-Land Rover está en una buena posición en todo este proceso, puesto que el pasado junio anunció su asociación con BMW, que a la vez está trabajando con Toyota. La marca japonesa es la que más avanzado tiene el proceso, ya que tiene el Toyota Mirai en su catálogo e incluso está desarrollando un nuevo súper generador de pila de combustible para abastecer a sus fábricas.
Por lo tanto, parece claro que la tendencia natural será pasar de los vehículos de combustión a los eléctricos a modo de “parche” para acabar en los de pila de combustible de hidrógeno. Sin embargo, aparte de las emisiones nocivas que puede producir este material gaseoso, un tren motriz basado en una pila de combustible de hidrógeno cuesta 10 veces más que el de un eléctrico.
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