Así nos vigilan: estos son los tipos de radares y cámaras que controlan y multan
Nos vigilan. Nos controlan. Todo lo que sucede sobre el asfalto es visto a través de los diferentes tipos de radares y cámaras de tráfico
Desde la llegada de Pere Navarro a la Dirección General de Tráfico, en su primera fase, son muchos quienes consideran que el organismo competente en materia de tráfico y seguridad vial ha criminalizado la conducción.
Las conductas fuera de la norma son perseguidas y sancionadas en pos del descenso de la siniestralidad vial y, en el peor de los casos, de la reducción de los daños irreparables en las vida de los usuarios de la vía.
Un objetivo loable pero que, perseguido y aplicado desde la perspectiva de la pedagogía y de la didáctica más enquistada en el añejo aprendizaje a base de castigos, propone identificar, perseguir y sancionar a quienes comentan infracciones al volante.
Para ello, además de los agentes de tráfico que velan por la seguridad y vigilan el cumplimiento de la ley, los dispositivos y herramientas de la DGT para castigar a los infractores se basan, fundamentalmente, en el uso de los diferentes tipos de radares.
Pegasus
Desde el cielo, el helicóptero Pegasus pone sus cámaras sobre aquellos vehículos que circulan, normalmente, sin saber de su presencia. Gracias a sus lentes, son capaces de vigilar, seguir y sancionar conductas indebidas en carretera, desde los excesos de velocidad a conductas como la conducir de manera temeraria, la falta de respeto a una distancia mínima de seguridad o circular sin utilizar el obligatorio cinturón de seguridad.
Puntos de control del cinturón de seguridad
Aunque parezca increíble, el 20 por ciento de las personas fallecidas en accidente de tráfico que perecieron en 2018 circulaban sin usar el citado cinturón de seguridad.
Por eso, la DGT tiene un largo listado de puntos de control del cinturón de seguridad, cámaras de vigilancia que detectan a aquellos usuarios que circulan sin la correspondiente sujeción de seguridad.
Cámaras en semáforos
Continuando con las cámaras que vigilan y multan, las que se instalan en los semáforos controlan y sancionan a quienes no cumplen con la obligatoria orden de detención ante una luz roja.
El dispositivo realiza una fotografía que recoge al vehículo infractor una vez ha superado la línea que no debería haber cruzado.
Radares de velocidad
Y si de cámaras que hacen fotos se trata, las más famosas y temidas son las que realizan los cinemómetros que identifican a los vehículos que circulan a velocidades no permitidas.
Cabe destacar que podemos diferenciar hasta tres tipos de radares de velocidad: fijos, de tramo y móviles.
Los dos primeros tienen en común que cuentan con un lugar definitivo y permanente de instalación, la diferencia es que, mientras los radares fijos, que se instalan en los pórticos de los arcos informativos o en las cunetas de las calzadas, miden solo la velocidad a la que circula un vehículo en ese punto, los radares de tramo miden el tiempo que tarda un vehículo en recorrer la distancia entre el punto de inicio de control y el de final del mismo obteniendo la velocidad media.
Por otro lado, aunque se suelen confundir los radares móviles situados en puntos estables, que no definitivos, con los radares fijos, cabe señalar que un radar móvil es aquel que no está instalado de manera permanente en un mismo punto kilométrico y que puede estar ubicado, por ejemplo, dentro de un vehículo de la autoridad en movimiento o estacionado e, incluso, puede estar fuera de un vehículo, sobre un trípode, pero no se encuentra instalado manera permanente.
De ahí la confusión habida cuenta de que, los llamados oficiosamente como «radares en cascada» sería una combinación entre un radar fijo y uno móvil.
Sea como fuere, los radares móviles son aquellos que pueden controlar la velocidad de los vehículos y que tienen establecidos unos tramos de control de los mismos.
En cualquier caso, la ubicación tanto los radares fijos, de tramo como los móviles, está recogida y es periódicamente actualizada por la DGT.
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