Tornados y lluvias extremas matan a 24 personas en EE. UU.

Alberto Noriega     10 abril 2025     5 min.
Tornados y lluvias extremas matan a 24 personas en EE. UU.

Tornados e inundaciones en EE. UU. dejan al menos 24 muertos y miles de afectados, con Tennessee como el estado más golpeado por el clima extremo.

Tormentas severas, tornados e inundaciones repentinas han causado al menos 24 muertes en varios estados de EE. UU., según informaron ABC News y Fox Weather. Tennessee ha sido el más afectado, con 10 víctimas mortales, seguido por Missouri, Kentucky y otros estados del sur y medio oeste. Entre los fallecidos hay niños, rescatistas y víctimas atrapadas por árboles o aguas torrenciales, en un fenómeno descrito por meteorólogos como “una vez en una generación”. Las autoridades han declarado estados de emergencia y piden extrema precaución mientras la amenaza climática persiste hacia el este del país.

Tormentas que rompen récords y familias

En los últimos cuatro días, más de 40 tornados y lluvias históricas han devastado regiones del sur y el medio oeste de Estados Unidos, dejando a su paso muerte, destrucción y una población en shock. Tennessee encabeza la trágica lista con 10 fallecidos, incluyendo víctimas de derrumbes, caídas de árboles y ahogamientos. Missouri confirmó tres muertos, entre ellos un bombero durante una operación de rescate, y Kentucky reportó dos, incluido un niño de nueve años arrastrado por la corriente. Otros estados afectados incluyen Indiana, Arkansas, Mississippi y Georgia, con al menos una muerte en cada uno.

El sistema de tormentas ha provocado también cientos de heridos y pérdidas materiales multimillonarias, con hogares arrasados, carreteras destruidas y cortes masivos de electricidad. Selmer, Tennessee, fue golpeada por un tornado EF-3 que destrozó barrios enteros. En ciudades como Memphis y Little Rock, las inundaciones alcanzaron niveles no vistos en décadas, superando en algunos puntos los 30 centímetros de lluvia en cuestión de horas.

Emergencias climáticas en cadena

Las lluvias torrenciales, que han saturado el suelo y colapsado desagües, han desencadenado inundaciones repentinas que tomaron por sorpresa a muchas comunidades. El Servicio Meteorológico Nacional emitió múltiples alertas de emergencia por inundaciones en Tennessee, Arkansas y Kentucky, mientras los servicios de rescate desplegaban operativos de evacuación, colocación de sacos de arena y rescate acuático.

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Equipos de emergencia han trabajado sin descanso para rescatar a personas atrapadas en sus hogares, vehículos o estructuras colapsadas. En muchos casos, los rescatistas han sido también víctimas: un bombero falleció en Missouri y varios socorristas resultaron heridos al intentar salvar vidas. La FEMA ha desplegado recursos federales, incluyendo alimentos, generadores y asistencia técnica para los estados más afectados.

Condiciones que no se veían en una generación

Este sistema meteorológico extremo es el resultado de una combinación peligrosa de factores: altas temperaturas inusuales, humedad abundante del Golfo de México, inestabilidad atmosférica y una fuerte cizalladura del viento. Juntos, estos elementos crearon un cóctel explosivo que ha sido calificado por los expertos como “una tormenta que ocurre una vez en una generación”.

Más de 90 millones de personas han estado en riesgo por esta cadena de tormentas, que ha cruzado el país desde Texas hasta Maine. El frente de mal tiempo continúa su desplazamiento hacia el este, y se esperan nuevos episodios de lluvias torrenciales y tornados en las próximas horas. Las autoridades advierten que la amenaza aún no ha terminado, y que las inundaciones podrían persistir durante días debido al alto nivel de saturación del suelo.

El impacto humano: niños, familias y héroes caídos

Las estadísticas no alcanzan a describir la magnitud humana del desastre. Entre las víctimas hay niños que murieron en sus casas, padres sorprendidos en la carretera y socorristas que no regresaron de sus misiones. En Georgia, dos personas murieron al ser aplastadas por un árbol caído. En Arkansas, un niño de cinco años perdió la vida cuando la tormenta destrozó su vivienda.

Cada pérdida ha dejado una comunidad devastada y ha puesto en evidencia lo frágil que puede ser la vida frente a los embates del clima extremo. Las redes sociales se han llenado de homenajes improvisados, llamados de ayuda y advertencias entre vecinos. Muchos se preguntan si podrían haber hecho algo diferente, si las alertas llegaron a tiempo o si las infraestructuras estaban preparadas.

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Respuestas estatales y federales

Los gobernadores de los estados afectados han declarado emergencias, activando fondos de ayuda y recursos logísticos para acelerar la respuesta. El gobernador de Tennessee, Bill Lee, pidió a la población mantener la calma y seguir las instrucciones de los servicios meteorológicos. En Kentucky y Missouri, se han abierto centros de evacuación y hospitales móviles.

La FEMA, por su parte, ha desplegado apoyo logístico para el restablecimiento de servicios básicos y asistencia a los damnificados. Las autoridades locales también han comenzado a evaluar daños estructurales y ambientales, así como la restauración de caminos, puentes y líneas eléctricas. Sin embargo, el acceso a ciertas zonas sigue siendo limitado por el nivel de las aguas.

Un futuro inundado de incertidumbre

El aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos climáticos plantea una pregunta urgente: ¿cuánto más puede soportar la infraestructura y la población estadounidense? Este desastre no es aislado; es parte de una serie de eventos extremos que han golpeado al país en los últimos años, desde olas de calor hasta huracanes intensificados.

Los científicos climáticos advierten que, sin cambios drásticos, este tipo de catástrofes dejarán de ser excepcionales para convertirse en norma. La combinación de urbanización acelerada, sistemas de drenaje anticuados y una atmósfera más cálida está transformando la lluvia en una amenaza letal. Y aunque el clima no distingue entre ricos y pobres, son las comunidades más vulnerables las que sufren primero y más fuerte.

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