Trucos para aumentar la autonomía de tu coche eléctrico en invierno
De los factores que influyen en la autonomía de un coche eléctrico, muchos están asociados a las condiciones que ofrece una estación como el invierno. Con estos trucos podrás ganar esos kilómetros que pueden hacerte pasar de largo de más de un enchufe.
El invierno es un duro test para los coches eléctricos. Y en especial, para la autonomía que permiten sus baterías. En primer lugar, porque su rendimiento está muy ligado a la temperatura. Pero también porque en invierno demandamos más trabajo de elementos como la climatización, lo que somete al sistema a un esfuerzo adicional. Y la energía tiene que salir de algún sitio.
La temperatura juega aquí un papel fundamental. Seguramente has vivido esta situación: vas a realizar una llamada de teléfono en lo más alto de una estación de esquí, y de repente te das cuenta de que la autonomía de la batería ha descendido estrepitosamente, aunque el teléfono estaba cargado al cien por cien. Esto es debido a que las reacciones electroquímicas que tienen lugar en la batería están muy influenciadas por las bajas temperaturas.
Pues con los coches eléctricos pasa algo parecido. Por eso, da igual que tengas uno de los coches eléctricos con mayor autonomía del mercado. Seguro que ya has comprobado lo difícil que es alcanzar esas cifras de autonomía oficiales, incluso aunque sean según el más realista ciclo WLTP. Y tanto más cuando más baja es la temperatura en el exterior.
Por eso, algunos de estos consejos podrás aumentar la autonomía de tu coche eléctrico en invierno pueden venirte muy bien para no pasar estrés al volante. O directamente, para dejar lo del enchufe para otro momento.
Elige bien la temperatura del habitáculo
La climatización del habitáculo, tanto al enfriarlo como al calentarlo, tiene una gran incidencia sobre la autonomía de un coche eléctrico. La American Automobile Association realizó no hace mucho un estudio en el que sometió a cinco coches eléctricos de distintas marcas a temperaturas inferiores a los 6 grados bajo cero. Y con la calefacción puesta, la autonomía en un recorrido de pruebas descendía de media… ¡un 40 por ciento respecto a la oficial!
NO es cuestión de abrigarse bien y no utilizar la climatización, recuerda que para conducir la seguridad es lo primero, y hay que llevar siempre ropa cómoda. Pero sí puedes evitar esa tentación de subir uno o dos grados más por encima de los 21 grados que te permiten ya estar los suficientemente “calentito”.
¿Y el volante o los asientos calefactados? Ni que decir tiene que también consumen energía, por lo que reducen la autonomía. Pero si viajas solo, por ejemplo, y el recorrido es corto o has climatizado previamente el habitáculo (ver siguiente apartado), puede ser más “rentable” en términos energéticos –y, por lo tanto, de autonomía– utilizar el asiento calefactado que la climatización de todo el habitáculo. Pero evita usar las dos cosas a la vez.
Utiliza la climatización remota mientras el coche se recarga
La gran mayoría de los coches eléctricos modernos tienen sistemas de climatización previa del habitáculo que permiten programar su puesta en marcha mientras el coche está enchufado a la red eléctrica. De esta forma, la bomba de calor que suelen utilizar estos sistemas se pone en marcha minutos antes de que tengas previsto salir del garaje. Pero lo hace consumiendo electricidad de la red, no de la batería del vehículo.
Si utilizas esta opción, saldrás de casa ya con el habitáculo con su temperatura de confort, y te ahorrarás la energía necesaria para hacerlo durante la marcha, que ya sabes de dónde sale. Y si no, te lo recuerdo: de la batería.
Programa la carga para que termine justo antes de salir
Puede parecer una tontería, pero aquí todo suma. Y planificar la recarga de la batería para que finalice un poco antes de que vayas a iniciar la marcha puede suponer un pequeño extra.
La explicación es fácil: si planificas tu recorrido para salir con el coche sin que pase más de una hora desde que la batería ha terminado de cargarse puede hacer que el sistema se beneficie del calor que genera el proceso de recarga. En invierno, esto puede suponer algún kilómetro de autonomía adicional.
Protege tu coche del frío
Al final todo es como la pescadilla que se muerde la cola. Si consigues que el sistema de climatización funcione menos para calentar el habitáculo, ahorraras energía que se traduce en kilómetros extra.
Y al igual que haces en verano para reducir los grados de temperatura que puede alcanzar el habitáculo, aquí se trata de lo contrario. Dejar el coche en un garaje es la mejor solución. Pero si no puedes, poner una protección en el parabrisas y en la luneta si por la mañana el coche amanece helado, por ejemplo, evitará que tengas que hacer un uso intensivo de los sistemas de desempañado de los cristales y de la luneta térmica, demandando así menos energía de la batería.
Utiliza el modo ECO
Este consejo, que sirve para todo el año, tiene especial interés en invierno. Porque los coches eléctricos tienen mucho empuje desde prácticamente el mismo instante en el que pisas el pedal del acelerador. Y en invierno es frecuente encontrarnos con situaciones de asfalto poco adherente, debido al frío y a la lluvia, por lo que el modo ECO tiene sentido ya desde el punto de vista de la seguridad.
Ademas, utilizar el modo ECO puede proporcionar un aumento de autonomía de alrededor de un 20 por ciento en muchos casos, especialmente si se evitan aceleraciones bruscas –que consumen mucha energía– y se utiliza la frenada regenerativa anticipándose en la conducción.
Comentarios cerrados