Trump planea eliminar el crédito fiscal para vehículos eléctricos: ¿Beneficio para Tesla, golpe para la competencia?
La administración Trump busca eliminar el crédito fiscal de $7,500 para EV, un pilar de la política de energía limpia de Biden. Tesla, en el centro del debate.
El equipo de transición de Trump, liderado por el magnate del petróleo Harold Hamm, planea eliminar el crédito fiscal para vehículos eléctricos (EV) de $7,500, una medida clave del programa climático de Biden. Aunque esta decisión podría debilitar a competidores emergentes, Tesla podría beneficiarse en el largo plazo. Los republicanos ven la eliminación del crédito como una oportunidad para financiar recortes de impuestos, mientras crece la preocupación por el impacto en la competitividad de la industria automotriz frente a China.
Un golpe a las políticas de energía limpia
La propuesta de eliminar el crédito fiscal de $7,500 para EVs es parte de una estrategia más amplia de la administración Trump para desmantelar las políticas climáticas de Biden. Esta medida, contenida en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), había sido diseñada para incentivar la adopción de EVs en Estados Unidos, ayudando a los consumidores a superar el alto costo inicial de los vehículos eléctricos.
Sin embargo, el equipo de transición republicano, encabezado por Harold Hamm y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, argumenta que eliminar el crédito es una forma de liberar recursos para extender recortes fiscales previamente implementados por Trump. Además, creen que la medida cuenta con un amplio respaldo entre los legisladores republicanos, quienes utilizarán el proceso de reconciliación para aprobarla sin apoyo demócrata.
Tesla: el inesperado beneficiado
Aunque eliminar el crédito fiscal podría afectar negativamente a la industria en general, Tesla, el líder del mercado de EVs, podría salir beneficiado. Según Elon Musk, la medida perjudicaría principalmente a competidores emergentes como Rivian, Lucid y General Motors, que dependen más de estos incentivos para atraer a consumidores. Tesla, con una estructura de costos más eficiente, tiene mayor capacidad para competir sin subsidios, consolidando aún más su liderazgo en el mercado.
Sin embargo, este enfoque ha generado críticas. Grupos como la United Auto Workers (UAW) y analistas de la industria automotriz advierten que la eliminación del crédito dificultaría que fabricantes tradicionales, como Ford y GM, logren la rentabilidad en sus líneas de EVs. Esto podría ralentizar la transición hacia una industria automotriz más limpia y sostenible, dejando a Estados Unidos rezagado frente a países como China, líder en producción de EVs.
Impacto en la industria automotriz estadounidense
La decisión de eliminar el crédito fiscal llega en un momento crítico para los fabricantes de automóviles en Estados Unidos. Marcas como GM y Ford están invirtiendo miles de millones en la transición hacia vehículos eléctricos, pero aún enfrentan pérdidas significativas. Ford, por ejemplo, reportó un déficit de $5 mil millones en su división de EVs este año, mientras que GM intenta reducir sus pérdidas en este segmento entre $2 mil millones y $4 mil millones para 2025.
Además, los créditos fiscales han sido esenciales para mantener la demanda de modelos como la camioneta eléctrica F-150 Lightning de Ford, cuya producción se ha pausado debido a la baja demanda, incluso con los incentivos vigentes. Sin ellos, los fabricantes podrían verse obligados a replantear sus estrategias de electrificación, con el riesgo de depender nuevamente de vehículos a combustión interna.
Competencia global y riesgos estratégicos
Eliminando el crédito fiscal, Estados Unidos podría ceder terreno en la carrera global por la electrificación de la movilidad. Países como China no solo lideran en producción, sino que también ofrecen subsidios significativos que han impulsado las ventas de EVs a niveles récord. Esto podría consolidar el dominio de China en la industria automotriz del futuro, mientras los fabricantes estadounidenses luchan por mantenerse competitivos.
En palabras de Jennifer Granholm, secretaria de Energía de EE. UU., esta decisión sería «tremendamente contraproducente», debilitando la posición de Estados Unidos en el mercado global de coches eléctricos y frenando la innovación local.
El camino incierto de la electrificación
La propuesta del equipo de transición de Trump refleja un choque ideológico entre las prioridades energéticas y climáticas de dos administraciones. Mientras que Biden busca acelerar la transición hacia un futuro más limpio y sostenible, Trump prioriza la producción de combustibles fósiles y la eliminación de subsidios climáticos.
El desenlace de esta medida tendrá implicaciones profundas para el futuro de la industria automotriz en Estados Unidos. Si bien Tesla puede adaptarse a este cambio, el éxito general del sector EV podría depender de encontrar un equilibrio entre incentivos gubernamentales y la competitividad en el mercado global.
Comentarios cerrados