Volkswagen exige recortes salariales del 10% para evitar cierres de plantas en Alemania tras una caída del 42% en beneficios

Alberto Noriega     2 noviembre 2024     5 min.
Volkswagen exige recortes salariales del 10% para evitar cierres de plantas en Alemania tras una caída del 42% en beneficios

Volkswagen enfrenta una crisis con un descenso del 42% en beneficios y plantea un recorte salarial del 10% para evitar cierres de plantas.

Volkswagen ha propuesto una reducción salarial del 10% para sus trabajadores como medida para contrarrestar la caída del 42% en beneficios registrada en el último trimestre, con el objetivo de evitar cierres de plantas en Alemania. La situación es resultado de la disminución de ventas en China y Europa, altos costos operativos y la creciente competencia de modelos económicos. Los sindicatos han reaccionado exigiendo un aumento salarial del 7% y amenazan con huelgas en diciembre si la empresa no garantiza la seguridad laboral para sus empleados.

Volkswagen enfrenta presión por recorte de costos y caída en ventas

Volkswagen ha experimentado una reducción drástica en sus beneficios, con un desplome del 42% en el tercer trimestre, su nivel más bajo en tres años, atribuido a una combinación de factores. Entre estos se destacan el aumento de los costos operativos en sus plantas alemanas y la disminución de la demanda en sus dos principales mercados: Europa y China. En Alemania, el encarecimiento de la energía y de la mano de obra coloca a Volkswagen en desventaja frente a competidores que producen en plantas de menor costo en Asia y América. Según Arno Antlitz, jefe de finanzas de VW, “las plantas alemanas son las más costosas de operar”, y lograr una mayor competitividad requiere una reducción significativa en los costos laborales.

En China, Volkswagen ha perdido un 15% de su cuota de mercado frente a modelos locales y competidores internacionales como Tesla, que han captado una creciente demanda por vehículos eléctricos económicos y avanzados tecnológicamente. Durante el último trimestre, las entregas de Volkswagen en el mercado chino bajaron a 711,500 unidades, lo que contribuyó a una caída global de sus ventas a 2.17 millones de vehículos. Este descenso no solo afecta los ingresos de la compañía, sino también la confianza de sus accionistas, quienes ya han visto cómo las acciones de VW han perdido un 20% de su valor en lo que va del año.

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Conflicto con sindicatos y amenazas de huelga

La propuesta de Volkswagen de reducir los salarios en un 10% para preservar la competitividad ha generado un fuerte rechazo por parte de los sindicatos, quienes defienden la necesidad de proteger los derechos y estabilidad laboral de los empleados. Los representantes sindicales llegaron a la mesa de negociación con una demanda de aumento salarial del 7% y han dejado claro que no aceptarán recortes sin garantías de estabilidad para los trabajadores. Daniela Cavallo, líder del consejo de trabajadores de Volkswagen, ha afirmado que el riesgo de cierres de plantas sigue “sobre la mesa” y que los sindicatos harán “todo lo que esté en su poder” para evitar lo que consideran una ruptura con los acuerdos históricos de la empresa en materia de condiciones laborales.

A pesar del alto nivel de tensión, ambas partes han acordado seguir negociando, con una próxima ronda de conversaciones programada para el 21 de noviembre. Los trabajadores no podrán convocar huelgas hasta diciembre, pero las amenazas de paralización ya generan preocupación en el mercado y en el gobierno alemán, que está evaluando posibles ayudas para que Volkswagen mantenga abiertas sus fábricas. No obstante, Berlín ha indicado que aún es demasiado pronto para decidir sobre un rescate financiero, esperando que la empresa y los sindicatos lleguen a un acuerdo que permita evitar despidos o cierres definitivos.

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Ventas a la baja y la competencia china

La crisis de Volkswagen también refleja un contexto más amplio en el mercado europeo de automóviles, donde las ventas no se han recuperado del todo desde la pandemia, reduciéndose en unos 2 millones de unidades anuales. Este declive ha afectado especialmente a VW, que enfrenta presiones tanto en su mercado local como en China, el mayor mercado automotriz del mundo. Marcas locales chinas y competidores internacionales como Tesla están ganando terreno con modelos eléctricos accesibles y tecnológicamente avanzados, logrando posicionarse como alternativas preferentes para muchos consumidores.

En respuesta a esta situación, Volkswagen ha elaborado un plan de recuperación en China, centrado en mejoras tecnológicas de software y sistemas de asistencia para sus vehículos, con el objetivo de recuperar participación de mercado a partir de 2026. Sin embargo, este objetivo a largo plazo implica que VW enfrentará años de intensas dificultades mientras el mercado automotriz chino sigue en transformación. El reciente conflicto comercial entre la Unión Europea y China, que ha resultado en aranceles de hasta un 45.3% para los vehículos eléctricos chinos, añade una capa de complejidad. Aunque VW apoya la “libre competencia” en Europa, su situación competitiva depende de que pueda reducir costos y optimizar su estructura operativa rápidamente.

Futuro incierto y presión en la administración de VW

La caída en los beneficios de Volkswagen y su dificultad para mantener la competitividad han suscitado dudas sobre la gestión de su directiva y la sostenibilidad de su estructura de costos. Antlitz ha anunciado planes para reducir los costos en más de 10,000 millones de euros, pero reconoce que estos recortes serán difíciles y que podrían generar “decisiones dolorosas” para muchos empleados. En particular, la reducción de costes busca hacer frente al alza en los precios de la energía y a los salarios en Alemania, donde los gastos de producción superan los de otras regiones.

Para los analistas, la presión para ajustar los costos y aumentar la eficiencia es urgente, y ven el recorte de salarios propuesto como un primer paso hacia la reestructuración de la compañía. Sin embargo, el proceso podría poner en riesgo la cohesión entre VW y sus trabajadores, un vínculo tradicionalmente fuerte en la industria alemana. La posible intervención del gobierno para evitar cierres de plantas refleja la gravedad de la situación y la importancia de Volkswagen como uno de los pilares del sector industrial en Alemania. A medida que las negociaciones avanzan y se avecinan las amenazas de huelga, el futuro de VW y su capacidad para adaptarse a la competencia global se vuelven cada vez más inciertos, poniendo a prueba la resistencia de una de las marcas más emblemáticas de Europa.

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