Volkswagen pone en funcionamiento su planta de reciclaje de baterías eléctricas en Salzgitter
Inicia la actividad de la planta para el reciclaje de las baterías de automóviles eléctricos del grupo Volkswagen en Salzgitter
Entre las obligaciones legales y éticas de la industria de la automoción se ve obligada a gestionar el reciclaje de las baterías de los vehículos eléctricos.
Dentro de la legislación comunitaria para con la protección del medio ambiente se recoge la obligatoria gestión de los acumuladores eléctricos de los vehículos cuando estos condensadores ya han llegado a su final de ciclo de vida.
El reciclado de las baterías de los coches eléctricos forma parte de la propia cadena de valor de la industria, tanto de la propia manufactura automovilística como la de proveedores externos y su trabajo implica un mejor uso de los recursos, un ahorro energético y económico y, sobre todo, una reformulación del ciclo de existencia de un automóvil, incluso antes de ser fabricado hasta que ha dejado de ser útil.
Por eso, los fabricantes ya han asumido esta nueva faceta incorporando, o bien divisiones internas, o bien asociándose con otras empresas especialistas, la gestión de las baterías de los coches eléctricos, una vez que estos acumuladores han entrado en su fase de desmontaje y reincorporación a la cadena o derivación al reciclaje de residuos.
En Salzgitter, Alemania, el Grupo Volkswagen ha inaugurado la planta de gestión de baterías de sus coches electrificados. Una factoría donde los acumuladores desechados serán tratados de tal forma que serán extraídos y reingresados aquellos que, de una u otra forma, puedan volver a formar parte de otra batería, o bien serán destinados a su reciclaje para otros menesteres.
Esta planta es la primera, de hecho, se trata de una planta experimental a partir de la que el consorcio pretende sentar las bases para futuras instalaciones con el mismo o similar propósito de cara a que, en paralelo a la expansión de la movilidad eléctrica, los primeros ejemplares empiecen a envejecer y a requerir la reparación o reemplazo de las baterías, habida cuenta de la posibilidad del descarte del propio automóvil por haberse dado por finiquitado su capacidad de trabajo.
Sea como fuere, la planta de Volkswagen en Salzgitter tiene capacidad para gestionar unas 10 baterías al día, esto es, alrededor de 3.600 condensadores anualmente durante su fase inicial y hasta finales de esta década de los 20. A partir de este número, se estima que se podrán manipular unas 1.500 toneladas de residuos.
Con este tipo de labores, además del ahorro en materias primas con las que ensamblar nuevos acumuladores eléctricos para ser instalados en vehículos de esta naturaleza, el grupo alemán calcula que se ahorrará 1,3 toneladas de dióxido de carbono expulsado a la atmósfera por cada batería de 62 kWh producida a partir de otros acumuladores reciclados siempre y cuando, además, se recurra a energías renovables para su fabricación.
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